¿Sabes por qué trabajamos en revalorizar nuestra cultura a través del turismo gastronómico? Porque la comida nos identifica. Porque en esta región nació la versión de locro que se extendió en Bolivia, porque en esta zona se conocieron los chiquitanos con los españoles así como se juntaron la yuca y el arroz. Porque San José es la Cuna de la Cruceñidad y no hay nada más camba que la yuca.Así que nos pusimos la meta de contribuir a la recuperación y revalorización de la gastronomía chiquitana para que lo que nos identifica no se pierda, para fortalecer la identidad con la tierra en la que vivimos y para crear trabajo para nosotros y las futuras generaciones a partir del turismo. (Pero de un turismo responsable, auténtico y sostenible que tenemos que hacer entre todos.)
Con mucho esfuerzo y muchos apoyos logramos tener un Registro de Cocina Chiquitana; una recopilación de datos y testimonios que hoy nos permite conocer en profundidad la historia y el presente de los platos tradicionales: sus recetas, estilos de preparación, espacios de consumo y el carácter ritual que aún se mantiene en los hogares. Y analizando todos esos datos históricos y los testimonios de los cocineros locales, nos dimos cuenta que algunos de esos platos presentan una situación crítica en cuanto a su preparación cotidiana y/o en la aplicación de ingredientes y formas de prepararlos propias de la región.(Sí, se están perdiendo). Entre ellos se encuentra el pastel de hoja, uno de los de más elaboración. De hecho, casi no se vende al público en general en restaurantes. En San José de Chiquitos Aidé Ortiz Bazán lo prepara a pedido.¿Querés conocer todos los secretos del Pastel de hoja?¡Seguí leyendo!